Nace un nuevo ano, quisieramos con todas las fuerzas, comenzar de nuevo…borron y cuenta nueva. Que todo lo malo, incluso aquello de la manana del 31 pasado tambien se quedara en el pasado, olvidado, sepultado…
Sin embargo, parece que al despertar en el nuevo tiempo, aun cargamos pesadas mochilas de historia personal que no logramos sanar.
La intención sincera y del corazon por querer cambiar para mejor es poderosa. No es necesario publicar las intenciones, el cambio nace dentro y silenciosamente se va manifestando en las relaciones externas que nos rodean. Cuando fallamos, nos fallamos primero, a nosotros mismos, nunca podremos enganarnos. Podemos abandonarnos cuando no nos hacemos caso e incluso a veces, nos enfermamos físicamente.
Adentro de cada corazon, se halla la respuesta y el valor para poder cambiar. La frase griega, CONOCETE A TI MISMO, parece cobrar vida cuando queremos un giro, externamente nadie puede ayudarnos, sin embargo, tenemos inspiraciones de seres a quienes admiramos. Ellos son nuestra meta o al menos, un ejemplo.
Conocerse a si mismo es no temer a la soledad, porque solo alli nos abrimos al silencio para reflexionar y observarnos como estamos.
Cuando estamos muy pendiente de todo lo externo, de amistades vacias que no aportan en nada, el ego comienza a fortalecerse y a apoderarse de nuestro ser, que en verdad es humilde y pleno. No necesitamos tener confianza a partir de los otros, cuando la verdad es poderosa en el corazon, lo externo se hace superficial e inecesario. Nos llenamos de amor.
Cuando nos llenamos de amor, los ojos brillan y transmiten inevitablemente esa alegria al resto de los seres. Desarrollamos compasión y la intolerancia va desapareciendo de a poco.
Feliz Ano Nuevo!
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