
La identificación personal puede jugar malas pasadas al momento de usar una de ellas... Si dices que eres ingeniero, la gente pensará "tiene que tener una mente cuadrada". Si eres periodista la gente pensará "debe ser muy culto", aunque no leas el diario hace meses. Socialmente a las personas les gusta identificar y encasillar a las personas, es una especie de programa computacional, te hacen una verdadera radiografía de cómo debe ser el personaje en cuestión.
Cuando nos identificamos con tantas facetas, la vida se complica, porque a mayor cantidad de identidades, mayor número de responsabilidades. Soy mujer, soy casada, soy periodista, soy instructor de yoga, soy hija, soy amiga, soy esto y lo otro. Luego como agregado natural viene los deberes, si eres mujer, debes ser madre, debes atender a tu esposo, debes informarte de todo lo que ocurre en la actualidad, soy sana y la enfermedad no existe para mí, debo atender a mis padres, amigos etc.
Si sales de estos esquemas, entras en el juicio social, que es cruel, castigador y no perdona que destruyas las estructuras.
Siempre saco a la luz a los "viajeros", casi a modo insistente de mi parte, sin embargo, la libertad que portan los viajeros es envidiable. Sobre todo, si estás en un país donde no hablan tu idioma, y tú no hablas el de ellos, casi no hay comunicación. No obstante, la mirada y la mímica hacen un trabajo maravilloso. Aquí no existe la identificación, más que el hecho de ser viajero...hay curiosidad por conocerte, por saber de donde vienes y eso.
Cuando los niños se encuentran, no se preguntan "¿qué hacen tus padres para vivir?". Más bien, sonríen y se invitan a jugar.
A veces, me gustaría responder a la pregunta del millón "¿quien soy?", poder decir, soy uno con todo, en perfecta armonía con el resto de los seres. No es que siempre sienta esto, pero la identificación alimenta al ego, eso que nos hace competitivos, agresivos a veces, tapando nuestra propia naturaleza humana.
No comments:
Post a Comment