MURIENDO

EL concepto de muerte conlleva un funeral, muchas lágrimas, todos visten de negro, las sepulturas con Cristos desgarrados en la cruz. Tememos a la muerte, porque nadie tiene la certeza de qué pasará luego. Nos aferramos a lo conocido...
Una vez buceando con mi marido, sentí pánico a perder la vida, comencé a orar con fuerza para no morir. Finalmente me salvé y estoy desde mi escritorio escribiendo este artículo.Recuerdo que no tuve paz en ese momento. Me imagino que quienes están cara a cara con la muerte, deben sentir miedo también. Es natural.
Sin embargo, morir, es más natural aún.
Nadie nos habla de la muerte, es como un tema tabú, es casi morboso, es para los enfermos o los viejos.
Mi abuelita Gina nos dejó en la Primavera del 2000. Entonces, vivía en Londres y me dio mucha angustia no estar con mis seres queridos. En el hemisferio norte comenzaba el otoño, estuve un par de horas sentada en un parque, los árboles comenzaban a ser desnudados por el viento, una hoja cayó directamente a mi mano. Sentí la presencia de mi abuela, supe que su partida fue como la hoja que cayó del árbol, lista con una historia realizada y sin vuelta atrás. Nada sé del otro mundo, sé que tengo un cuerpo físico que me fatiga con el hambre, el cansancio o el sueño. Además tengo una mente parlate que no se calla. Según dicen, es la causa de mis enfermedades. Cuando logro meditar en la vacuidad de la mente, dejo de sentir mi cuerpo, dejo de pensar, solo siento amor. ¿Será algo así morir? Entregarse a los brazos del padre amado.
El Budha enseñó una gran lección a una mujer que acudió desesperada a él para pedirle que por favor reviviera a su hijo recién muerto. El Budha asintió y le pidió que le trajera 4 o 5 semillas de moztaza de alguna casa donde jamás haya existido la muerte. La mujer esperanzada corrió al pueblo y tocó muchas puertas, en todas ellas se pudo conseguir las semillas de mostaza, sin embargo, ninguna de ellas se libró de un fallecido. En todas las casas había muerto alguien. La mujer comprendió, y volvió donde el maestro agradeciendo la enseñanza y enterrando a su hijo. La muerte existe para todos.